domingo, 1 de março de 2009

"economia solidária" no mundo rural

"Declaración final del seminario internacional MIJARC – FIMARC

Le Chant d’Oiseau, Bruselas, del 2 al 9 de mayo de 2007.

Tema: la economía solidaria.

34 jóvenes y adultos responsables de movimientos rurales cristianos, miembros del MIJARC

(Movimiento Internacional de la Juventud Agrícola y Rural Católica) y de la FIMARC (Federación Internacional de Movimientos de Adultos Rurales Católicos), compartieron sus experiencias de economía solidaria. Procedentes de 16 países de 4 continentes, profundizaron alternativas ante la dominación del sistema capitalista neoliberal.

A pesar de los problemas principales que enfrentamos en nuestros continentes (acceso difícil a la tierra, al agua, políticas agrícolas en detrimento de los campesinos, falta de interés de los jóvenes, diferencias crecientes entre ricos y pobres…), insistimos en la movilización multiforme de lo militantes jóvenes y adultos en experiencias innovadoras de economía solidaria : luchas por el acceso a la tierra, formaciones, creación de grupos de desarrollo local, circuitos cortos de venta e intercambios entre productores y consumidores. La dimensión muchas veces reducida y aislada de estas iniciativas, ricas en experimentos, hace que tengan poco peso ante la economía neoliberal dominante.

Con nuestras experiencias de micro-crédito, de comercio justo, en el sector de las empresas de integración, hemos podido evaluar algunas ventajas: acceso al crédito para los más pobres, garantía de un precio mínimo para la venta de productos agrícolas, creación de empleo para personas rechazadas por las empresas tradicionales. Sin embargo, hay muchas trampas: el micro-crédito puede generar una lógica capitalista que quiere chupar hasta la última gota de sangre de los pobres.

Los grandes grupos de distribución intentan hacer del comercio justo un elemento adicional de su abanico de productos. Las empresas de integración exportan parte de sus producciones, contribuyendo de esta manera al colapso de los mercados locales.

El sistema neoliberal considera que los seres humanos sólo somos agentes económicos. Los estados desaparecen ante las multinacionales. El motor de la economía es el provecho financiero y se alimenta de especulaciones financieras que ya no tienen nada que ver con las producciones concretas que satisfacen necesidades humanas. Se limita a una democracia formal pero controla las políticas y los medios de comunicación además del mercado. Se jacta de un enfoque científico que le permite afirmar que no hay otra alternativa posible.

Muchas veces nos duele en el alma ver que a algunos miembros de nuestra jerarquía no les importa el sufrimiento de los rurales y nos parece inaceptable la falta de compromiso oficial a condenar los OGM por dos razones: destruyen la biodiversidad y privatizan el vivo. Debemos expresarnos libremente y sin miedo, convencidos de la fecundidad del cristianismo, vigilantes para poner al ser humano en el centro, ante la economía neoliberal que es una “estructura de pecado” (véase Sollicitudo Rei Socialis, n°36, 37).

Ante esta situación, afirmamos que la economía social y solidaria no tiene por qué solucionar las carencias de las políticas ya que es una propuesta política que debe dar una coherencia global a las múltiples iniciativas de terreno y constituir una alternativa al sistema neoliberal.

La economía solidaria satisface las necesidades de las personas y de las comunidades. Es necesario que los productores controlen su gestión, gracias a una educación permanente, a un funcionamiento democrático participativo. Lo más importante es las personas y su trabajo, no el capital. La economía solidaria privilegia el desarrollo local y sostenible, controla la igualdad de género, sin despilfarrar los recursos de las generaciones futuras. Les garantiza a todos sus derechos fundamentales (alimentación, vivienda, educación) cuando el sistema neoliberal sólo les garantiza el acceso a los que… tienen dinero.

Nuestros movimientos, actores de transformaciones sociales quieren darles a sus miembros el interés por la iniciativa y el trabajo común al servicio del bien común. Somos responsables de valorar nuestra metodología: “Ver, analizar, Actuar, evaluar”, para realizar un análisis riguroso de las realidades que viven los rurales, para concretar plenamente nuestras convicciones y actuar en solidaridad con los más pobres. También hemos evaluado la importancia de que nuestras actitudes individuales y colectivas coincidan con los retos de una verdadera solidaridad.

Los rurales son las víctimas de políticas neoliberales, especialmente los jóvenes, y están condenados a emigrar para encontrar trabajo, lo que acelera el empobrecimiento de numerosas regiones rurales que se quedan sin sus fuerzas vivas para el futuro. Es urgente tomar decisiones de economía solidaria, voluntaristas para que los jóvenes puedan vivir y trabajar en su país.

Estamos convencidos de la necesidad de tener un enfoque holístico que tenga en cuenta las dimensiones políticas, culturales, sociales, medioambientales así como la realidad de nuestro mundo multicultural. Para alcanzar este objetivo, es fundamental invertir en la educación en la base, actuar legalmente por el respeto del derecho, especialmente de los más desfavorecidos, movilizarse para convencer y presionar en todos los niveles, desde lo local a lo internacional.

Nos movilizamos para hacer avanzar nuestro objetivo de economía solidaria y, con ella, una verdadera soberanía alimentaría. Por eso, les pedimos a nuestros elegidos políticos que afirmen en los hechos su voluntad política de conseguir una economía solidaria:

• Para dar una perspectiva sostenible a las iniciativas de terreno en curso

• Para invertir la tendencia del sistema neoliberal que lo contamina todo.

Todos hemos insistido en la fecundidad del intercambio durante este seminario entre jóvenes y adultos rurales enfrentados a las mismas realidades. Sabemos que estamos dando los primeros pasos en un largo camino. Sin embargo, estamos convencidos de que “otro mundo es posible”. Ya se está construyendo, somos los protagonistas de esta evolución, entre otras cosas porque pactamos alianzas con los consumidores y ciudadanos. Nos hemos comprometido a:

• Identificar las experiencias e iniciativas locales y a organizarlas en red

• Organizar formaciones para reforzar las capacidades de nuestros miembros, de nuestras organizaciones

• Desarrollar los intercambios de buenas prácticas entre movimientos en nuestros continentes, entre continentes para capitalizar nuestras experiencias y enriquecer nuestros proyectos e influir en las políticas públicas.

Bruselas, 09/05/2007"


http://www.fimarc.org/EconomiaSolidaria.pdf